"Yo que tantos hombres he sido
No he sido nunca aquel en cuyo abrazo desfallecía
Matilde Urbach" J.L.Borges
Ella cerró la puerta y con ella se fue la luz
Se llevó mis vicios, me quedé sin su virtud
Sentado a oscuras leyéndole los labios pero
Fue traicionero su abecedario
Y yo a veces agrio, sonando dulce
Esperando volver a verla en cada cruce
Sin diccionario, en cada cruz del camino supe que
Su superioridad no hay quién la eduque
No, se enfrió el café
Con la cama y otras tantas cosas por hacer
Por el placer de no tener que entender nada
De girar la almohada, y allí volver a ver su cara
Y yo tan desconocido como su paradero
Como su cara y su amor, como la cruz del dolor
Como el fragor del sabor a pasado
Desde la ventana abierta de este corazón cerrado
Por reformas o por derribo
Cansado ya de lo que escribo y ¿qué te ha pasado?
El enfado de un día gana al amor de los años
No puedo verme en tus ojos cuando los empaño con
Esas lágrimas que son hilos de látigo
Para unos huesos hartos ya de tantos castigos
¿verdad?
Y la fatiga anidando en el hígado
Yo celebrando bodas como Fígaro