J.s Homero
Maga: Canto VII (Memento Amoris)
Maga: Canto VII (Memento Amoris)

[John]
Mi auto destrucción.
¿Habrá resurrección?

Resucité…

[Jack]
¿Es amor o solo ilusión?

[El demonio]
Ah, pero si el pobre malnacido escribió una carta sin consultarnos.
Creo que él debería saber si hace lo correcto.
Si tanto desea el infierno que no cometa acto de omisión.

[El poeta]
La predestinación a veces es solo como las estaciones del tiempo.
Y esta noche nació la primavera.
¿Cuándo morirá el invierno?

[John]
No hay hombre más feliz aquel que este ebrio de amor.
La tinta está oxidada, y el papel marchitado, las inspiraciones partieron de este paraje y partieron mi corazón.
Muchas veces pensé en los miedos, en las angustias, en la ansiedad y no solo eso, dejé que todo esto me invada.

Hoy no escribiré historias conceptuales, porque lo que siento hoy es una completa realidad. Todo va acompañado de un “no temas que todo saldrá bien” o simplemente “deja el miedo y arriésgate”, y me doy cuenta de que fácil es decirlo y que difícil es cuando comienzas a sentirlo.

Pensaran que les hablo de algo triste pero ese miedo o ansiedad que siento es por una cierta felicidad que comienzo a sentir, es por sonrisas que han comenzado a brotar y ni yo me explico cómo puedo controlarlo, de algo si estoy seguro y es que si esta felicidad sale en contra de tu voluntad es porque es verdadera y como dicen algunas personas “de la buena”.

Sé que la felicidad no es un problema para mí y que el miedo que me invade es a perder lo que me hace sonreír, tal vez por la distancia, tal vez por no poder besar sus labios cada día, tal vez esa ansiedad es por no poder abrazarla con suspiros como quiero y debería
No voy a mentir y les digo que la pienso noche y día para que su recuerdo no se borre todavía y cuando regrese decirle suavemente: “si me atrapas con tus besos te aseguro no me iría”.

Es tan fácil ser poeta cuando hablo de sus besos y ni hablar de su sonrisa que me quiebra hasta los huesos, cuando con sus manos en el rostro comienza a sonreír me detiene el corazón y me hace revivir, se dan cuenta como rima cuando hablo de sus labios que enloquecen desde un tonto hasta los hombres más sabios, por lo visto ya perdí la cordura y hasta los estribos porque pensando en ella ya no sé ni lo que escribo.

Espero no perder la vida.
[El demonio]
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