Eduardo Darnauchans
Los ojos
Cuando murió su amada
Pensó en hacerse viejo
En la mansión cerrada
Solo, con su memoria y el espejo
Donde ella se miraba un claro día
Como el oro en el arca del avaro
Pensó que guardaría
Todo un ayer en el espejo claro
Ya el tiempo para él no correría
Mas pasado el primer aniversario
¿cómo eran -preguntó- pardos o negros
Sus ojos? ¿Glaucos?... ¿Grises?
¿Cómo eran, ¡Santo Dios!, que no recuerdo?
Salió a la calle un día
De primavera, y paseó en silencio
Su doble luto, el corazón cerrado...
De una ventana en el sombrío hueco
Vio unos ojos brillar. Bajó los suyos
Y siguió su camino... ¡Como ésos!