Luis Eduardo Aute
Nada más que nada
Heridas como manos enlazadas
Con nudos de una silenciosa trampa
Temores que deforman las palabras
Sonidos de mortal ineficacia
Intentan una equívoca jugada
Gratuita como el aire de las jaulas
Enferma la razón tiene morada
Haciendo de saliva a las arañas
Qué pasa, que no hay nada más que nada
Nada de nada, nada de nada
Nada más que nada
El frío del pasado a las espaldas
Construye espejos tras cada ventana
La luz, cuando una vela está apagada
Tropieza con su llama imaginaria
Se agrieta una canción en la guitarra
Regando sus latidos en voz baja
Y así, inexorable, el tiempo pasa
Inmóvil, detenido en su mortaja