Víctor Heredia
Padre
Apenas hace un momento estabas allí...
Tu sombra junto a la mía y la luz del sol
Pintando la fantasía de un día feliz
...Entonces yo no sabía qué era el dolor
Daría lo que no tengo para volver

Y ver tu sombra en la arena partida en dos

Hay corazones que son
Como un refugio de amor
Y un padre y un hijo saben
Que eternidad es esa canción
Que el viento le canta al mar
Hay corazones que son
Como un refugio de amor
Hay corazones que son
Como un domingo de sol

El tiempo pasa y el niño se vuelve gris
Aquella alegría padre, no vuelve más
Las redes que abandonaste siguen allí
Temblando, como fantasmas en soledad
El río y el mar no cantan más la canción
Que nos abrazaba el alma con ilusión

Nos sentábamos hace ya más de treinta años frente al mar, como dos niños felices, hasta que la noche nos echaba de la playa. Entonces, recogíamos nuestras cañas y redes y regresábamos
Me asaltan las imágenes vívidas de aquellos días casi cotidianamente. Su ternura me hace recuperar a quien perdí físicamente años atrás. Con ellas reencuentro al niño que de su mano descubrió los laberintos del tiempo para tornar siempre a su amor