José Madero
Matando Memorias
[Conversación telefónica]
—¡Oye, tengo que hablar contigo!
—¡Dime!
—¡Pues he estado pensando que ya no quiero estar contigo, ya no quiero andar!
—¿Por qué?
—No sé es que son varias cosas, cosas de tu personalidad que ya no aguanto, es que la verdad tienes muchos problemas y ya no quieres resolverlos, y cuando los resuelves no me gusta la manera en que lo haces
—¡Yo no tengo problemas!
—¡Ay, sí los tienes sólo que lo niegas!
—¡Bueno, pónle tú que sí tengo problemas, dices quererme pues ayúdame a ya no tenerlos!
—¡Es que ése es el problema!
—¿Qué?
—¡Es que ya no te quiero!
—Ayer que me dijiste te amo, ¿era mentira?, ¿no lo sentías?
—¡Perdón!
—¿Desde cuándo estás así?
—¡Es que no quiero lastimarte!
—¿Desde cuándo?
—¡Pues es que ya lo había pensado, pero...
—¿Entonces me estás diciendo que todo este tiempo que duramos me dijiste mentiras y me decías que me querías sin sentirlo?
Y ahora tomo para mantenerme tibio y así poder asesinar las memorias y ya no en ella pensar
Si es imposible para mí poder sentirme mejor, cómo esperar que algún día alguien le fuera a importar
[Conversación telefónica]
—¡Bueno!
—¡Hola!
—¡Hey, qué pasó!
—¡Oye, te hablo por, es que quería decirte que te extraño!, ¿tú no?
—¡No se me hace justo decírtelo!
—¿Por qué?, ¿sí se te hace muy justo lo que me hiciste o qué?, ¡yo sé que me extrañas, yo sé que quieres estar conmigo!, ¿no me vas a decir nada?
—¡Es que ya te dije todo lo que te tenía que decir, estoy decidida a lo que pasó, te lo juro que nada va a cambiar!
—¿Entonces no te importa lo que tengo que decirte?
—¡Sí me importa, pero te lo juro que no va servir de nada!
—¿Qué pasó?, ¿por qué de repente mandaste todo a la fregada?
—¡Ya déjame ir, por favor!, ¡no quiero que me estés esperando porque nada va a cambiar!
—¡Ése es mi problema!
—¡Tienes razón!
—Sabes, ¡nadie te va a querer como te quiero yo!, ¡nadie!
—¡Oye, ya me tengo que ir!, ¿cuídate mucho, okay?
—¡Adiós!
Y ahora tomo para mantenerme tibio y así poder asesinar las memorias y ya no en ella pensar
Y yo caí en la promesa de una vida feliz, cómo duele saber que no será posible otra vez
[Conversación telefónica]
—¡Oye, ya me enteré que cortaron!, ¿qué pasó?
—¡Pues nada, es que me di cuenta que no era para mí!
—¿Después de tanto tiempo te vienes dando cuenta hasta ahorita?
—¡Pues sí!, es que aparte la verdad me arrepiento de haber vuelto con él hace 2 años
Y ahora tomo para mantenerme tibio y así poder asesinar las memorias y ya no en ella pensar
Y yo caí en la promesa de una vida feliz, cómo duele saber que no será posible otra vez