(Letra de "Cabecita rota)

[Verso 1]
¿Y a mí quién me desinfecta la memoria?
Va a conseguir cavar mi tumba con mis propias uñas
No hay fin que soporte mis medios, no vi en palabras el adiós
Pero iba en serio, desde entonces sé muy bien quién soy

Abriendo heridas y cerrando bares
Romper todos los ases e improvisar el regreso, ¿no?
Ya te la sabes, mal no sé pero al revés sí
Media vida es mucho tiempo, para esperar medio infeliz

La soledad es mi mejor amante
La diva que sueña conmigo está llorando a solas porque no lo entiende
Del arte a la obsesión, de la obsesión al arte
Empieza el puto nuevo show, ¿acaso crees que tengo ganas de salir?, ¿subirme allí?

La cresta es para grandes escritores mediocres
No para mí, me suele apretar
Si en mis sábanas no hay fans, hay fantasmas
Y el techo se me viene encima, ¿sabes?

Quizá sea el amor, entre líneas de odio que me rasgan la voz
Apenas creo en casualidades
Estoy cansado, ya lo sabes
No tengo fuerzas para que tires
¿Quieres ser feliz? te cuesta una fortuna
Yo quiero playa en mis lagunas
¿Ves? Soñar es dulce y gratis, nena
La pena aguanta en silencio hasta que gangrena
Así que dime quién gana, dime quién paga

El pasado no perdona, he de cumplir condena
Para el siguiente truco necesito ron y silencio en la sala
Sé mi Suite si llueve, luces tenues y lonas
A la nostalgia no le gusta bailar sola

[Verso 2]
Pobre de mi cabecita rota
Lloro borracho en un portal, ¿y eso quién lo va a notar?
A lo mejor soy un idiota y no hay más explicación que esa
¿Quién cojones me reza?, ¿quién me piensa?

Clases de solfeo en su costado
Tocando la mejor versión de 'Lead me on' con los ojos cerrados
Sé reconocer mi idioma en otros labios
Destrozando el estómago, la cabeza y la nervios

Ser yo es ser infierno, es ser voz
A veces fui tan frío con ella, me cago en dios
Me he echado la última tirado en el salón mientras te marchabas
El sol en mi cara, el silencio a mi favor
Y es que alguien ha debido estar llorando en mis ojos mientras dormía
Sumergido en el malestar
Siento la cama tan fría
Estoy solo, pero qué más da