Las historias de la calle son mías, ríen voces españolas
Los Cadillacs se arrastran por la noche y el gas venenoso
Y yo me inclino en el alféizar de la ventana de este hotel que elegí
Sí, una mano en mi suicidio, una mano en la rosa

Sé que has oído que se terminó y que la guerra debe llegar
Las ciudades están partidas en dos y los hombres medios he han ido
Pero déjenme preguntarles una vez más, oh, niños del ocaso
Estos cazadores que están chirriando ahora, oh, ¿hablan por nosotros?

¿Y adónde van estas carreteras, ahora que somos libres?
¿Por qué los ejércitos marchan como si aún volvieran a casa?
Oh mujer de lindas piernas, oh extraño al volante
Te encierra el sufrimiento y tus placeres son el sello

La edad de la lujuria está dando a luz, y ambos padres piden
A la enfermera cuentos de hadas a ambos lados del cristal
Y ahora al niño lo arrastra el cordón como a un barrilete
Y un ojo es lleno de planos, un ojo lleno de noche

Oh ven conmigo, pequeño, ya hallaremos esa granja
Y plantaremos pasto y manzanas y daremos abrigo a los animales
Y si acaso me levanto en la noche y te pregunto quién soy
Oh llévame al matadero, allí esperaré con el cordero

Con una mano en el hexagrama y una mano en la chica
Me balanceo en el pozo de los deseos que los hombres llaman mundo
Somos tan pequeños entre las estrellas, tan grandes contra el cielo
Y perdido entre las hordas del metro trato de llamar tu atención