Stephen Schwartz
Andalasia
[Letra de "Andalasia"]
[Coro]
Andalasia, Andalasia
Lugar de una dicha sin igual
Siempre recuerda Andalasia
La sonrisa en tu rostro vivirá
[PIP, hablado]
Érase una vez, en un mundo mágico llamado Andalasia, una niña que fue hallada en el bosque. Sin padre ni madre que la protegieran, la niña fue criada por animales que la quisieron como si fuera su propia hija. Se llamaba Giselle. Giselle se convirtió en una hermosa doncella, con un corazón rebosante de amor, y un deseo secreto...
(cantado)
Sueño un beso, un vеrdadero amor
Que me еnvuelva en todo su calor
(hablado)
Hasta que un día Giselle conquistó el amor del príncipe más valiente de Andalasia. Pero entonces una malvada reina empujó a Giselle a través de un portal y aterrizó en un mundo terriblemente extraño y confuso llamado:
[ARDILLA 1]
Nueva York, Nueva York
[ARDILLA 2, hablado]
Allí conoció a Robert, un abogado con unos ojos de ensueño y una hija llamada Morgan que veía magia por donde quiera que fuese. Giselle y Robert se enamoraron y vivieron felices…
[ARDILLA 1 & ARDILLA 2]
Juntos para siempre
(hablado)
¡Venga, léelo otra vez, papá!
[PIP, hablado]
¿Y si os dijera que la historia no acaba en “para siempre”?
[ARDILLA 2, hablado]
Hemos oído la historia un millón de veces, así es como acaba siempre.
[PIP, hablado]
Eh, solo habéis oído una parte de la historia. Resulta que Nueva York no era el lugar donde Giselle viviría feliz para siempre. En fin, no me siento muy orgulloso de mi papel en esta historia, pero si os metéis en la cama os la leeré. La historia comienza donde termina la anterior, en el reino de Nueva York, después de “Vivieron felices para siempre”.
[ARDILLA 2, hablado]
¿Después? No hay un “después” después del “vivieron felices para siempre”
[ARDILLA 1, hablado]
Sí, tú te casas, y luego nunca te vuelve a ocurrir nada de nada.
[PIP]
En este mundo no, pero allí no dejaron de ocurrir cosas. Pasaron los años en la vida de Giselle, Morgan pegó un estirón, y Robert y Giselle tuvieron un bebé. Una preciosa niña de nombre Sofía. Y por un momento, Giselle realmente lo tuvo todo. Entonces fue cuando las cosas empezaron a cambiar. Con los trastos del bebé, su castillo en el cielo parecía haber encogido dos tallas. Y más tarde, su vida se volvió tan ajetreada que era como si una maldición les hiciera caer rendidos por las noches. Sin embargo, lo más difícil fue Morgan, pues se transformó en lo que en ese mundo se conoce como una "adolescente". Y Giselle sentía que Morgan se alejaba, y ella jamás podría alcanzarla. Con tantos cambios, Giselle empezó a pensar que la vida en el reino de Nueva York no era ningún cuento de hadas. Entonces vio un cartel, y de pronto comprendió que el lugar de dicha eterna podía estar en otra parte. De modo, que Giselle y Robert empezaron su búsqueda de un nuevo "felices para siempre". Así que hicieron las malestas, y se mudaron...
(cantado)
A un lugar en el que nada iba a molestar o a perturbar
A un mundo llamado “Las afueras”