Joaquín Sabina
Noches de boda / Y nos dieron las diez
Que el maquillaje no apague tu risa
Que el equipaje no lastre tus alas
Que el calendario no venga con prisas
Que el diccionario detenga las balas
Que las persianas corrijan la aurora
Que gane el quiero la guerra del puedo
Que los que esperan no cuenten las horas
Que los que matan se mueran de miedo
Que el fin del mundo te pille bailando
Que el escenario me tiña las canas
Que nunca sepas ni cómo, ni cuándo
Ni ciento volando, ni ayer ni mañana
Que el corazón no se pase de moda
Que los otoños te doren la piel
Que cada noche sea noche de bodas
Que no se ponga la luna de miel
Que todas las noches sean noches de boda
Que todas las lunas sean lunas de miel
Que las verdades no tengan complejos
Que las mentiras parezcan mentira
Que no te den la razón los espejos
Que te aproveche mirar lo que miras
Que no se ocupe de ti el desamparo
Que cada cena sea tu última cena
Que ser valiente no salga tan caro
Que ser cobarde no valga la pena
Que no te compren por menos de nada
Que no te vendan amor sin espinas
Que no te duerman con cuentos de hadas
Que no te cierren el bar de la esquina
Que el corazón no se pase de moda
Que los otoños te doren la piel
Que cada noche sea noche de bodas
Que no se ponga la luna de miel
Que todas las noches sean noches de boda
Que todas las lunas sean lunas de miel
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Fue en un pueblo con mar un verano después de un concierto
Tú reinabas detrás de la barra del único bar que vimos abierto
Cántame una canción al oído y te pongo un cubata
Con una condición, que me dejes abierto el balcón de tus ojos de gata
Loco por conocer los secretos de tu dormitorio
Esa noche canté al piano del amanecer todo mi repertorio
Los clientes del bar, uno a uno, se fueron marchando
Tú saliste a cerrar, yo me dije, cuidado chavalte estás enamorando
Luego todo pasó de repente, tu dedo en mi espalda
Dibujó un corazón y mi mano le correspondió debajo de la falda
Caminito al hostal nos besamos en cada farola
Era un pueblo con mar, yo quería dormir contigo y tú no querías dormir sola
Y nos dieron las diez y las once
Las doce y la una, y las dos y las tres
Y desnudos al anochecer nos encontró la luna

Nos dijimos adiós, ojalá que volvamos a vernos
El verano acabó, el otoño duró lo que tarda envolver el invierno
Y a tu pueblo el azar, otra vez, el verano siguiente
Me llevó y al final del concierto me puse a buscar tu cara entre la gente
Y no hallé quien de ti me dijera ni media palabra
Parecía como si me quisiera el destino gastar una broma macabra
No había nadie detrás de la barra del otro verano
Y en lugar de tu bar, me encontré una sucursal del banco hispanoamericano
Tu memoria vengué, a pedradas contra los cristales
Sé que no lo soñé, protestaba mientras me esposaban los municipales
En mi declaración alegué que llevaba tres copas
Y empecé esta canción en le cuarto donde aquella vez te quitaba la ropa

(Estribillo)