Joan Manuel Serrat
Los formales y el frío
Mientras comían juntos, y distantes y tensos
Ella muy lentamente y él como ensimismado
Hablaban con medida y doble parsimonia
De temas importantes y de algunos quebrantos

Entonces como siempre, o como casi siempre
El desvelo social condujo a la cultura
Así que por la noche se fueron al teatro
Sin tocarse un ojal, ni siquiera una uña

Su sonrisa, la de ella
Era como una oferta, un anuncio, un esbozo
Su mirada, la de él
Iba tomando nota de cómo eran sus ojos

Y como a la salida soplaba un aire frío
Y unos dedos muy blancos, indefensos y tristes
Apenas asomaban por las sandalias de ella
No hubo más remedio que entrar en un boliche

Y ya que el camarero se demoraba tanto
Llegaron cautelosos hasta la confidencia
Extra seca y sin hielo, por favor, y fumaron
Y entre el humo, el amor era un rostro en la niebla

En sus labios, los de él
El silencio era espera, la noticia era el frío
En su casa, la de ella
Halló café instantáneo y confianza y cobijo
Una hora tan sólo de memoria y sondeos
Hasta que sobrevino un silencio a dos voces
Como cualquiera sabe, en tales circunstancias
Es arduo decir algo que realmente no sobre

Él probó: "sólo falta que me quede a dormir"
Y ella también probó: "¿y por qué no te quedas?"
Y él sin mirarla: "no, no me lo digas dos veces"
Y ella en voz baja: "bueno, ¿y por qué no te quedas?"

Y sus labios, los de él
Se quedaron gustosos a besar sin usura
Sus pies fríos, los de ella
Eran sólo el comienzo de la noche desnuda

Fueron investigando, deshojando, nombrando
Proponiéndose metas, preguntando a los cuerpos
Mientras la madrugada y los temas candentes
Conciliaban el sueño que no durmieron ellos

¿Quién hubiera previsto aquella tarde
Que el amor, ese célebre informal
Se dedicara a ellos tan formales?