Joan Manuel Serrat
El niño yuntero
Carne de yugo, ha nacido
Más humillado que bello
Con el cuello perseguido
Por el yugo para el cuello

Nace, como la herramienta
A los golpes destinado
De una tierra descontenta
Y un insatisfecho arado

Entre estiércol puro y vivo
De vacas, trae a la vida
Un alma color de olivo
Vieja y ya encallecida

Empieza a vivir, y empieza
A morir de punta a punta
Levantando la corteza
De su madre con la yunta

Empieza a sentir, y siente
La vida como una guerra
Y a dar fatigosamente
En los huesos de la tierra

Contar sus años no sabe
Y ya sabe que el sudor
Es una corona grave
De sal para el labrador
Trabaja y mientras trabaja
Masculinamente serio
Se unge de lluvias y se alhaja
De carne de cementerio

A fuerza de golpes, fuerte
Y a fuerza de sol, bruñido
Con una ambición de muerte

Despedaza un pan reñido

Cada nuevo día es
Más raíz, menos criatura
Que escucha bajo sus pies
La voz de la sepultura

Y como raíz se hunde
En la tierra lentamente
Para que la tierra inunde
De paz y panes su frente

Me duele este niño hambriento
Como una grandiosa espina
Y su vivir ceniciento
Revuelve mi alma de encina
Lo veo arar los rastrojos
Y devorar un mendrugo
Y declarar con los ojos
Que por qué es carne de yugo

Me da su arado en el pecho
Y su vida en la garganta
Y sufro viendo el barbecho
Tan grande bajo su planta

¿Quién salvará a ese chiquillo
Menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
Verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
De los hombres jornaleros
Que antes de ser hombres son
Y han sido niños yunteros