No lo nombres
Que no salga de tu boca
El sonido que convoca su visión
No lo digas
Que el confuso abecedario
No se sirva de tus labios y tu voz
No quieras limitar, ponerle nombre
Al fuego que se esconde en su verdad
¡Que se calle!
Que se guarde tu garganta
Y no pronuncie la palabra
Que le clava por la espalda su puñal
No lo invoques
Que no viaje con tu aliento
El inquieto pensamiento hecho pregón
No lo toques
Con palabras tan pequeñas
Que no son más que una seña y confusión
No juegues con la imagen de una imagen
Olvido que no sabe que olvidó
Y si brilla
Su imponente maravilla
No la opaques con ropajes
Que no logran abrazar la infinidad
Porque entonces
Si en un día de inconsciencia
Encerraras la experiencia en una cifra
En un signo irá el comienzo del final
Sería igual que ponerlo a agonizar
No lo digas
No te prives de este goce
De sentir el leve roce de sus alas
Y a volar
No quieras limitar, ponerle nombre
Al fuego que se esconde en su verdad
Y si brilla
Su imponente maravilla
No la opaques con ropajes
Que no logran abrazar la infinidad
Porque entonces
Si en un día de inconsciencia
Encerraras la experiencia en una cifra
En el signo irá el comienzo del final
Sería igual que ponerlo a agonizar
No lo digas
No te prives de este goce
De sentir el leve roce de sus alas
¡Y a volar!