Allá en el rancho del álamo, cercas de Badiraguato
Ay un pequeño panteón a las orillas del río
Donde descansan los restos del joven Mario Portillo

A ese panteón de seguido muy triste se ve llegar
A una muchacha de negro que flores le va llevar
Y llora al pie de su tumba sin poderse consolar

De Los Ángeles salieron el y su novia querida
Venían de comprar las donáis muy pronto se casarían
Pero al llegar a Oregón el joven perdió la vida

El diez y nieve de mayo, veinte anos a completaba
El veinte y nieve de junio la boda estaba notada
Mas no sabia que la muerte en Sonora lo esperaba

Fue en el ano '85, el treinta y uno de mayo
A el siempre le gusto correr muy recio en su carro
Pero una pesada pipa el paso le avía serrado

Adiós mi novia querida, ay te quedaras muy triste
Siempre me recordaras por lo mucho que te quise
Por el tiempo inolvidable que fuimos los dos felices