Federico García Lorca
Duna
Sobre la extensa duna
De la luz antiquisima
Me encuentro despistado
Sin ceilo ni camino
El Norte moribundo
Apagó sus estrellas
Los cielos naufragados
Se ondulaban sin prisa
Port el mar de la luz
¿dónde voy? ¿A quién busco?
Aqui gime el reflejo
De las lunas veladas
¡Ay, mi fresco pedazo
De madera compacta
Vuélveme a mi balcón
Y a mis pájaros vivos!
El jardin seguirá
Moviendo sus arriates
Sobre la ruda espalda
Del silencio encallado