Fernando Cabrera
El mal del sueño
Estás callada todo el día
Mirando siempre para abajo
No contestás cuando te hablo
Seguís tejiendo tu trabajo
Aquel portazo enfurecido
No consiguió alterar tu paso
Dame algún día la alegría
De ver pegados los pedazos
Completamente estás dormida
O así parece totalmente
Te levantás a la cocina
Caminás silenciosamente
Tu mente parece sumida
En una música inconsciente
Estás callada todo el día
Estás sonriente de repente
Te conocí en el muelle un día
Te habías clavado aquel anzuelo
Me enamoré de tu carita
Me enamoró tu desconsuelo
Eras un ciervo adolescente
Muy apegado a tus abuelos
Eras la niña de mis sueños
Me sometí a todos tus juegos
Mi amor es tan desesperado
Tu amor es tan inobediente
Vos nunca hablás ni das motivo
Solo tu risa intermitente
Tu mente está cerrada en vida
Tu cuerpo es una flor demente
Está empedrado mi destino
Atado al tuyo para siempre
Te he regalado mil muñecas
Ingenuamente esperanzado
Me rebajás como una diosa
Inmisericordiosamente
Quizá algún día abra y entre
En tu dulzura enajenada
En tu locura o en tu vientre
En tu niñez eternizada