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INTERLUDIO / BUDDHA
INTERLUDIO/BUDDHA

[John]
Me pierdo a veces, a veces pierdo…

Nuestra mezcla nos convirtió en un tipo diferente de alcohol.
Y la mayoría de las veces no tengo ganas de probar algo nuevo.

Algunas meretrices no saben cómo se hacen los licores.
Nadie sabe entrelazar las palabras con tequila como tú.

Hablé con los recuerdos de nosotros.
Y esa humilde charla me confundió un poco.

La mayor parte del tiempo no estoy de humor.
La mayor parte del tiempo me cambias de humor.

Pasamos de las lágrimas sobre las mejillas,
a la sal en los labios con tequila.

Mi mayor temor es que termine.
Mi mayor temor es que te encadenes.

Hicimos un asesinato en la tierra de los muertos,
entre nosotros, somos la prueba viviente.
Estamos mejorando,
no puedo decir que me siento completo si no reconoces los esfuerzos mutuos por el porvenir.

Estaba durmiendo en el suelo, cubriste mi cama
y tratabas de llevarme a un estado positivo.

Ellas intentaron dejar nuestra sangre cortada,
pero hicimos varios asesinatos;
enojados, aún estamos de pie.

La luz de la fortuna es medio opaca,
eso, es una lástima.
Pero, para los dos es más que suficiente.

Sabes que nunca tuvimos esa familia en la vida real.
Y, eso te convirtió en una tipa diferente.
Por favor, perdóname por las llamadas extrañas.
Pero a veces me enojo.

¿Por qué diablos tenemos que luchar?
¿Por qué carajo no éramos ricos?
Y luego me siento y pienso cómo fuimos malditos...

Podríamos dejar pasar nuestra vida.
Pero no podemos pasar por alto nuestra locura.
Me defiendes de esas buitres con la mente cerrada.
Cerrada lo que antes estaba abierta para mí.

En un espacio, no voy a encontrar a alguien más cerca de mí.
Para ocuparlo como lo haces tú.

Me ves romper el corazón de estas malditas.
Te veo.
Me reconstruiste.

Luego nos juntamos para drogarnos.
Y decimos que las vibras paganas eran bromas.

En las cumbres más altas,
celos en las orillas,
sé que caen como puercos.

Oh, cómo cambian los tiempos...

Somos diferentes.
Pero por siempre: seres malditos con el corazón negro y el alma blanca.

Todas ellas son demasiado superficiales para ver qué tan lejos está tu belleza.

No nos gustan los mensajes de texto en estos días.
Y estos días, no son iguales a nuestros secretos.
Ninguna es suprema.
Nunca es igual la diosa.
Porque tu eres Buddha.

Acércate a estos agujeros en nuestros pechos.
(Si amas a alguien, asegúrate de decirle)
Ven a hacer algo para sacar mi alma.
(Si amas a alguien, nunca deberías dejarlo)
Acércate a estos agujeros.
(Hermana de alma)
Ven a salvarme, pero sálvate primero.


Aplicamos trucos si te odiaban,
viejas jugadas en contra de la mariposa,
hábiles técnicas de conquista,
somos malditos, un poco demasiado.

Nunca olvides de quedarte dormida.
Esa es la mejor estrategia para ser vivo.

A veces escribo buscando una palabra que me justifique.
Verso a verso, persigo la única quimera de mi desfalleciente vida.

Alanceo un instante de risa en el vacío.
Paredes se derrumban a mi alrededor.

Al cabo de la última línea doy contigo.
Creo que está terminado.

En alguna parte un escrito hace explosión.
Pues sus letras estaban ordenadas.
Como las últimas páginas de un libro.

Hay un imperceptible equilibrio de instantes;
de los cuales,
los más infinitos, los he vivido contigo.

El vacío se vertería en el vacío...
Si llegásemos a separarnos...

De una habitación a otra,
la luz puede seguirme,
voy andando despacio,
ante cada puerta,
para encontrarte,
y no perderme.

Un ramo azul de rosas en tus jardines polares.
Una carta cerrada que contiene nuestras blasfemias.
El momento en que se abrirá será al morirnos.

O tal vez no...
Secretos de tumba...

Una ausencia disfrazada de ausencia.
Sería estar separados por mentiras.

Los problemas son un frío tenue, apenas un tremor.
Pues un traguito calienta nuestro vigor.

Dentro del cenicero he encontrado
un charco extenso de vivencias;
que me recuerdan a ti…

Extensas, llenas de penas y glorias.
Recuerdos, vivencias y memorias.

¡Buddha siempre dentro de mí!
Las copas llenas antes de morir.

Una secreta sorpresa; que no alcanzo a distinguir

Nos espera…

No hay leyes de lealtad sembradas.
No hay confianza de actos con sangre derramada.
No hay políticas de ningún dominio.
No hay contratos ni rencor reprimido.
No hay traición que recordar.
No hay pudor que se ha llegado a manchar.

No es una conexión suprema ancestral conjurada por alguna hada.

Solo es una lazo sincero que unió nuestras almas.